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Arquitectos: RAWI Arquitetura + Design
- Área: 350 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Rafael Renzo

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Casa Bosque nació de un diálogo profundo entre arquitectura y naturaleza, con árboles nativos que refuerzan el carácter ambiental. La residencia de 350 m² fue diseñada para albergar a una familia de tres hermanos y el padre, a partir de un concepto que une afectividad, confort y respeto al terreno original.

La obra resultó en una arquitectura emblemática donde el medio ambiente y la arquitectura se fusionan. Diseñada en 'C' en una composición minimalista y escultórica, tres elementos se destacan: el volumen suspendido al fondo, el patio central, con viga y banco de concreto que enmarca el Jacarandá preservado; y una caja de concreto en la fachada.

La arquitectura se organiza en torno al árbol Jacarandá preservado, conformando un vacío que da origen al patio central que conecta los ambientes sociales, íntimos y de servicio, como sala, dormitorios, hall y cocina. Un banco y una viga moldeados in situ delimitan el contorno del árbol. Los grandes vanos y el péndulo doble reciben la entrada de luz y permiten que el exterior invada el interior, un rasgo característico de la arquitectura paulistana.

La fachada refleja una combinación entre la inspiración en el brutalismo paulista y un enfoque contemporáneo marcado por un juego de volúmenes y soluciones innovadoras. Con líneas rectas y formas puras, su composición destaca bloques blancos minimalistas y una caja de concreto pigmentado en tono rojizo, que alberga la cochera y dirige la vista hacia la calle. Sobrepuesta por volúmenes blancos, asume un carácter escultórico y expresivo.

Ya la cara sur orientada hacia el bosque sintetiza el concepto del proyecto de una arquitectura ligera que flota sobre el terreno, creando un diálogo a través de la mirada hacia el bosque. Al cruzar la puerta, el hall revela la esencia del proyecto: materiales naturales, texturas honestas y ejecución aparente. El piso de ladrillos cerámicos con junta ancha forma una alfombra visual que conduce al interior, mientras que la losa bruta se mantuvo con sus marcas de moldes, convirtiéndose en símbolo de autenticidad.

El generoso corredor que conecta el hall con el resto de la casa es un eje de luz y ventilación cruzada marcado por el péndulo de casi seis metros y por amplias aberturas laterales. La escalera escultórica, hecha en cemento quemado y con barandilla de acero en color terracota, se eleva con delicadeza, conectando los dos pisos con ligereza.

Diseñada para ser vivida, la cocina dispone de una isla robusta en concreto aparente acompañada por las banquetas Girafa, de Lina Bo Bardi, en tauari macizo y elegidas como símbolo de la filosofía modernista. En la sala de almuerzo, ubicada en la terraza, destaca la estufa a leña.

En la sala de estar, la curaduría trae nombres como Sérgio Rodrigues y Lina Bo Bardi que equilibran el vigor del cemento quemado y el calor de la madera. En la planta baja, la suite del padre provee accesibilidad e integración con el patio central. En la otra suite, la pared que recuerda un estuco rústico, pero de textura intencionada, y un armario planificado con nichos verticales.


















